Vaya por delante que este comentario no es una defensa del franquismo, ni siquiera de la Causa General, sólo está en mi ánimo aportar algunos datos que pongan el fiel de la balanza donde, desde mi punto de vista, le corresponde, o cuando menos, encontrar algún contrapeso sobre ciertos comentarios relacionados con la II República y la Guerra Civil.

Durante bastantes años, al menos desde que Jose Luis Rodriguez Zapatero ocupó la presidencia del Gobierno de España, es difícil encontrar relatos, procedentes de la izquierda, que no pretendan buscar héroes entre los recuerdos de la Guerra Civil española, olvidando los años anteriores al 18 de julio del 36, en los que, la historia, está plagada de acontecimientos cuya responsabilidad les corresponde a ellos.

Mientras tanto, la derecha está emboscada, unas veces en la prudencia, otras, en la tolerancia y otras en el olvido.

Este colectivo de personas, tiene permanente interés en abanderar sus acciones contra el franquismo, desechando, muchas veces, el más mínimo rigor en sus apreciaciones, denotando que no han profundizado, o no han querido hacerlo, esta es la duda, suficiente en lo ocurrido durante la II República y comienzo de la Guerra Civil.

Por mi vocación sobre los temas de Hortaleza he mantenido, y me gustaría seguir haciéndolo, un compromiso con el silencio y , por qué no, con el olvido, sobre los temas de la República y de la Guerra Civil. Sin embargo, leo que ese grupo de desinformados, acerca de lo que ocurrió en Hortaleza durante esos periodos, no descansan de propagar falsedades con argumentos cada vez mas débiles, pero constantes.

Lo digo con toda la sinceridad que se me permita. A mi, me gustaría seguir el consejo de Julián Marías de que la mejor Memoria Histórica es el olvido, pero cada vez que cae en mis manos alguna desinformación – sí, has leído bien, desinformación, o manipulación de los hechos ocurridos en Hortaleza, no puedo reprimir mis intenciones de decir algo, aunque sea sólo por contribuir a desterrar la falsedad de determinados comentarios.

En el caso de Hortaleza se han hecho determinados homenajes, y se han dado nombre a ciertas glorietas, con el de algunas personas, aduciendo que han sido represaliados, torturados y finalmente, condenados a muerte por el franquismo, por el simple hecho de pertenecer a determinados partidos políticos, durante la Guerra Civil, u ocupar, puestos de alcalde, concejal, o similar.

Estos «informadores» han preferido quedarse en la leyenda negra de la Causa General y en las represalias franquistas, antes de documentarse y empaparse de cada uno de los casos y las razones por las que, desgraciadamente, estos individuos fueron condenados a muerte.

Incluso un historiador como Roberto Fernández Suarez, supongo que de lo particular pretender hacer categoría, alega, según lo publicado en el Periódico Vecinal de Hortaleza, que en los interrogatorios llevados durante sus causas se produjeron torturas para forzar sus declaraciones.

Creo que es una manifestación gratuita, al menos la generalización. En el caso de los interrogatorios llevados a cabo en Hortaleza, me atrevería a decir que no sólo es gratuita, sino difícil de sostener, a la vista de las declaraciones y de los resultados de las mismas.

Como muestra, podríamos tomar algunas declaraciones donde el interrogado niega su participación en los hechos de los que se le acusa y, según se puede desprender del contenido de la declaración, nadie le torturó, ni forzó, a que hiciera una declaración contraria a él, ni acusación de otros implicados.

En Hortaleza, durante la II República y la Guerra Civil, podían contarse en no más de un tercio de la población los que tomaron partido por los pronunciamientos de la República. Gran parte de ellos engañados y forzados a realizar algunos actos que por iniciativa propia no hubieran llevado a cabo.

Sin embargo, la presión de comités venidos de Madrid y la creencia, por ignorancia, de que su posición les otorgaba el derecho a impartir justicia, o a utilizar las armas de fuego con que fue dotada parte de la población, les indujo a que se cometieran ciertos asesinatos.

Ese tercio de la población de Hortaleza, que podrían ser entre treinta y cuarenta personas, participó de una u otra manera en registros de casas particulares, saqueos de edificios religiosos y detenciones, pero no todos se vieron involucrados en asesinatos, por lo que después de la Guerra Civil, fueron juzgados y, algunos, condenados a prisión, que no a penas de muerte, y después de cinco o seis años, recuperaron la libertad. Son más de uno los casos que acreditan estos hechos.

¿ La cuestión a dilucidar es por qué, alguno de ellos de especial significación en los movimientos revolucionarios, no fueron represaliados por el franquismo y otro grupo, fue condenado a muerte?

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