El terreno del término municipal de Hortaleza era de secano y de mediana calidad, de tal manera que casi el 77 % de sus 1.735,6 Hectáreas estaba dedicada a la producción de cereales de secano, quedando un porcentaje inferior al 20 % que se destinaba a viñedo y el resto, apenas un 5 %, eran zonas destinadas a montes, prado, pastizales y huertas.
Mas de 1300 Hectáreas se dedicaban a cereales como el trigo, la cebada, garbanzos y centeno. Entre las tierras más conocidas del término podemos mencionar: El Cuartel, las Chorreras, La tierra de las 40 fanegas, la Monja.
Hubo un tiempo, en los albores del siglo XX, en que las viñas representaban una actividad importante y tuvieron un reconocimiento que dio fama a los frutos recolectados, especialmente a las uvas Moscatel y Garnacha, que fueron replantadas después de la epidemia de filoxera que desbastó las vides de media España.
Con el paso del tiempo se fue abandonando la actividad y alrededor de 1940 apenas quedaban unas pocas viñas en todo el término. Entre las viñas mas recordadas están la del tío Eusebio, que estaba en el Cerro de los Perros, la de Pitillo en el camino de Canillejas, la de los Cuatro Caminos, la del Tío Pepe el Herrero, en el camino de Valdefuentes, casi en el Escudillo, la viña las 10, abajo en el Escudillo, la viña de Leoncio, enfrente de los Cenagales y otro par de ellas en el Charco Pescador, la de los Tatos y la del Sr. Félix.
Las huertas han sido escasas en todo el término, principalmente, debido a la cada vez más notable ausencia de agua de sus arroyos. Si cabe, podemos resaltar las dos de los Frailes, una en el camino de Canillejas, antes de llegar a la viña de Pitillo, y la otra, dentro del convento; la del Raspa, la del Titi, la de Campos, la del tío Miguel Aguado y la que plantaban Rafael “el Toledano” y Agustín Ortega, en los Cenagales.