Fuera por la precaria situación económica, o por el continuo baile de los secretarios municipales, el caso es que durante algún tiempo se habían dejado de pagar los Timbres del Estado, en la emisión de determinados documentos emitidos por el Ayuntamiento.
Aunque el hecho había sido detectado y advertido por Julián López, el Ayuntamiento no había hecho nada por remediarla. Como era de esperar, tarde o temprano, la falta de Timbres del Estado en los documentos municipales, sería detectada. Así el día el 13 de Junio de 1935 se produjo una Inspección de Timbres, en la que se detectaron diversas anomalías.
La inspección determinó las cantidades que se habían dejado de ingresar, más una multa, por un total de 1.222.13, que debían pagarse en papel de pagos al Estado.
El Ayuntamiento presentó el oportuno recurso Contencioso-Administrativo solicitando se le condonara la multa, puesto que no había existido, ni propósito de ocultación, ni ánimo de defraudar, comprometiéndose a ingresar los reintegros dentro del plazo legal que se estableciera.
Hasta el año 1.937 no se tuvo conocimiento de la denegación de la solicitud de condonación solicitada, por lo que, primero la Comisión de Hacienda del Ayuntamiento, y mas tarde el Pleno, se vieron en la necesidad de habilitar un crédito para el pago de las deudas correspondientes a los años 1.932 a 1.935, que con los intereses de demora ya ascendía a 1.688 pesetas.