Hortaleza como la mayoría de los pueblos de España tiene dos patronos: San Matías y la Virgen de la Soledad. La onomástica de San Matías se celebra, al comienzo del año, los días 24 y 25 de febrero, y la celebración de la Virgen de la Soledad, estaba reservada para el verano, concretamente el tercer fin de semana del mes de septiembre.

Para correr con los gastos que generaba la organización de las fiestas, especialmente la de San Matías, además de las aportaciones del Ayuntamiento, se formaba una comisión, nombrada por el propio Ayuntamiento, que se encargaba de recoger los donativos de todos los vecinos y muy especialmente de los hacendados forasteros. Las visitas se repartían entre los miembros de la comisión. Unos se encargaban de visitar a los hacendados forasteros, y los otros, del resto de los vecinos.

Esta costumbre se ha mantenido, incluso hasta los tiempos actuales. Aunque los vecinos no contribuyen con sus donativos, se mantienen las visitas a algunos de los hacendados de Hortaleza, a los que visita Anselmo López acompañado por algún otro colaborador, y en otras ocasiones, la mayoría de las veces, solo.

En 1916 el Ayuntamiento autorizó al alcalde el gasto de 300 pesetas para las fiestas, procesión, música y fuegos artificiales.

En 1929 el propio Alcalde Federico Nuñez Pérez pudo encargarse personalmente de la organización de las fiestas de San Matías, para lo cual se contrató, por ciento cincuenta pesetas, a la banda de música protocolaria, que estaba compuesta por diez profesores músicos.

Durante las fiestas de la Soledad del año 1929 el pueblo quería celebrar un festejo taurino, por lo que el Ayuntamiento, siguiendo el sentir popular, decidió solicitar al Sr. Director General de Seguridad licencia para una becerrada de tres y muerte. El presupuesto para los festejos del año ascendía a 310 pesetas.

En 1943, ante la llegada de la fecha de las fiestas de San Matías acordó pagar a Sor Rosa de Jesús, hermana trinitaria, la cantidad de 206 pesetas por el arreglo del estandarte de San Matías que necesitaba de su reparación.

La rifa sin premiado

En 1930 ante la celebración de las Fiestas en honor de la Virgen de la Soledad del mes de septiembre, se produjo un hecho gracioso, que no debió estar exento de intencionalidad, por parte de alguno de los organizadores de los festejos.

Como era costumbre en el pueblo, se realizaba una rifa entre el vecindario, con la intención de recaudar dinero para subvencionar alguna de las actividades de las fiestas. En esta ocasión, se habían vendido todas las papeletas. El premio seleccionado de la rifa era un conjunto de ropa interior de señora. La elección ya resultaba un tanto pintoresca pero a pesar de ello se agotaron todas las papeletas.

Una vez realizado el sorteo correspondiente, no apareció el agraciado. Cabe la duda, si es que se perdió la papeleta favorecida,  o es que, el afortunado o afortunada, sintió tanta vergüenza al ir a recibir el premio, que prefirió abandonarlo antes de pasar por el trance de ser el comentario entre los demás vecinos del pueblo.

El caso es que, el juego de ropa interior estuvo en el Ayuntamiento un  tiempo prudencial, por si el agraciado decidía pasarse a recogerlo. En vista de que nadie acudió a reclamar el premio, y de que el Consistorio tenía la intención de quitarse de en medio tan sugestivas prendas, se procedió a su subasta el día 29 de octubre.

LAS FIESTAS INTERRUMPIDAS

Las fiesta de San MatÍas y de la Virgen de la Soledad se vieron interrumpidas durante la II República y la posterior Guerra Civil. En el mes de abril de 1931, a la vista de los momentos que se estaban viviendo, el Ayuntamiento tenía dudas sobre la celebración de las fiestas en honor de San Matías. No obstante se llevaron a cabo los preparativos para la celebración de la misma.

Se había contactado con D. Jesús Grande, que era el director de la música de aire, para contratar la asistencia de la orquesta para ese año. Al final, se concretó su asistencia, y que vinieran 12 profesores músicos y cinco más de propina, todo ello por el mismo importe de las 150 pesetas del año anterior.

También se acordó con D. Perpetuo Serrano, que era el polvorista, el lanzamiento de los fuegos artificiales por otras 150 pesetas.  Como en años anteriores se invitó a los Padres Paúles, y a otras personas significadas, a los actos religiosos que se celebrarían en la Iglesia con la misma solemnidad de años anteriores. Sin embargo en la mente de todos estaba la situación política del momento.

Finalizada la contienda civil se reanudaron las costumbres religiosas para lo cual la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad tuvo que adquirir nuevas imágenes , así como la vestimenta adecuada para las mismas.  

Llegada de la procesión a la Iglesia de San Matias

La fecha de la celebración de San Matías fue movida al 14 de Mayo, un día antes de la celebración de San Isidro, patrón de Madrid, con lo que la celebración mejoraba en lo tocante a la benignidad del clima, pero se diluía su celebración en las cercanías de San Isidro. Ya no se practicaron más procesiones.

Una de las últimas procesiones de San Matias

A pesar de los tiempos las costumbres poco cambian. Como las fiestas de San Matias tienen lugar en invierno se obsequiaba a la población con una copa de anís, o coñac, y unas rosquillas, todo muy apropiado para los fríos del mes de febrero.

En la actualidad gracias al esfuerzo de Anselmo López, de José Miguel Arceda, de Eusebio Frutos, de Paco González, de Ángel Sánchez, El Chato, se sigue con la tradición del día de San Matías. En estos años se viene ofreciendo a los mayores de la zona un vasito de moscatel y unas rosquillas, que animan el cuerpo, después de salir de la misa de por la tarde, en la plaza de la iglesia.

La fiesta mayor siempre ha sido la de la Soledad, entre otras cosas porque la climatología era más apropiada para este tipo de eventos y porque se llevaba a cabo después de la recolección de los campos.

La celebración de la Virgen de la Soledad no sólo atraía al pueblo a los reconocidos feriantes que daban color y alegría a las fiestas, sino que era ocasión para una serie de actos que giraban en torno a los toros y al baile.

En la foto mi padre con los quintos de su año dispuestos a torear

La Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad era la encargada de organizar la procesión, sus hermanos se encargaban de llevar a la Virgen durante el recorrido. Subastaban las cintas y las andas antes de comenzar la procesión y controlaban todo los relacionado con el festejo religioso.

La Hermandad estaba compuesta sólo por hombres, pero no por eso las mujeres quedaban relegadas sino que eran las responsables de cambiar la vestimenta de la Virgen, cuidarla y prepararla para la siguiente fiesta.

En los últimos años un grupo de mujeres eran las encargadas de «vestir a la Virgen» entre las que se encontraban mi madre, Petra Abad, Maruji, hermana de Anselmo, Felisa Campos, Felisi Marín, y Josefa Barceló, entre otras.

Con la anexión de Hortaleza a Madrid en el año 1.949 , como era de esperar, cambiaron muchas cosas en Hortaleza y, entre ellas, los patronos de la villa que a partir de ese momento fueron los mismos de la capital.

No obstante, se siguieron celebrando ambas fiestas hasta la década de los sesenta del siglo XX, mas por inercia popular que por apoyo institucional y, desde luego, limitadas a la celebración religiosa y poco mas.

Es a partir de 1993 cuando se retoma con cierta fuerza la celebración de la festividad de San Matías y de la Virgen de la Soledad, gracias a un grupo de vecinos encabezados por Anselmo López, Román Martinez, y mi padre, Aquiles Obispo, quienes deciden recuperar las fiestas de Hortaleza. Esta iniciativa está fundada en dos acontecimientos: Por una parte el conflicto del cementerio de Hortaleza del que se habla en otra entrada de esta web, y por otra, por la necesidad de buscar fondos de financiación del Club Deportivo Pinar de Hortaleza.

Se reanudan las procesiones. Se prepara un calendario de actos y se encarga un nuevo manto para la Virgen. El manto de la Virgen de la Soledad se compró mediante la aportación vecinal de todos los vecinos del pueblo.

La plaza de la Iglesia en la ofrenda floral

La mayoría de las actividades tiene lugar en el parque de la calle Mar de Japón con la calle Mar Mediterraneo, jardines que unos años más tarde se han dedicado a la memoria de Josefa Arquero.

Cada año se instala, una barra de bar, un escenario y se prepara el lugar para las competiciones de atletismo del sábado por la mañana, durante los tres días se organizan sesiones de baile de las alumnas de la escuela de la Asociación del Pueblo de Hortaleza y, por la noche baile con orquesta hasta que la normativa municipal lo permite.

Josefa Arquero bailando con mi padre

También se recupera una de las señas de identidad de la Fiestas de la Soledad como es la Salve a la Virgen que se canta después de finalizar la procesión y antes de tomar la limonada.

Pinche aquí para escuchar la Salve cantada en el año 2009.

Salve a la Virgen de la Soledad

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