Pocos meses antes del mes de julio de 1939, en Hortaleza, se respiraba que el final de la contienda estaba próximo. Por eso durante el mes de abril de 1939, y los meses siguientes, se presentaron ante la Guardia Civil un conjunto de denuncias sobre hechos que habían tenido lugar durante la mencionada Guerra Civil.
DENUNCIA DE AGRESIÓN
A primeros de abril de 1939, Josefa Morales Alvarez presentó denuncia, ante la guardia civil de Hortaleza, manifestando que a primeros de Marzo de 1936, tuvo lugar una manifestación de los comunistas en Hortaleza. Que durante la manifestación coincidieron con su esposo Nemesio Santos López, al que la muchedumbre le hizo objeto de malos tratos de palabra, golpeado y tirado al suelo, con el animo de darle muerte allí mismo. El asunto no fue a más, gracias a la intervención de otro vecino que evitó que se consumara la agresión.

Según la denunciante, Felipe Molpeceres, miembro del partido comunista, fue uno de los más significados participantes en la agresión. En su denuncia Josefa Morales indicaba que el objeto de las persecuciones y agresiones sufridas por su esposo eran por haber pertenecido a la Junta Directiva de Acción Popular.
Continua relatando que el 19 de noviembre de 1936 su marido fue detenido por los vecinos de Hortaleza, Julian Nuñez y Marcelo Tarin Morales, acompañados de otros individuos de milicias forasteras. Que fue llevado a la Dirección General de Seguridad y después, a la cárcel de San Anton, donde fue condenado, sin que se celebrara ningún juicio, a la pena de tres años de internamiento en campos de trabajo, multa de quince mil pesetas y perdida de derechos.
Finalmente la denunciante informaba de que el 17 de abril de 1937, murió su marido en una celda de la cárcel de San Anton, a causa de las heridas producidas por la caída de un obús
REGISTROS Y SAQUEOS DE EDIFICIOS RELIGIOSOS
Pocos días antes del 18 de julio del 1936, en Hortaleza, se llevaron a cabo diversos registros en los edificios religiosos, especialmente en el convento de los Padres Paules. Los registros tenían el propósito de encontrar armas escondidas en esos edificios. Los Intentos, al parecer, resultaron infructuosos a pesar de la insistencia con que se realizaron.
Debido a la intensidad y agresividad con que se producían, el propio Comité Local de Hortaleza tuvo que intervenir, en mas de una ocasión, para evitar que se maltratara a las personas y se saquearan los edificios, Ni siquiera con su intervención se pudo evitar que en alguno de los registros se produjera la desaparición de objetos, como fue el caso de un reloj de bolsillo propiedad del padre Pampliega. El día 23 de julio los registros se produjeron en el Convento de la Sagrada Familia.
Estos registros iniciales, fruto de la iniciativa de los comités revolucionarios, pronto se vieron respaldados por el Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes, que en su decreto del día 27 de julio 1936, publicó una orden dirigida tanto a los alcaldes, como delegados del Gobierno, para que, en nombre del Estado y, en el plazo de cinco días hábiles, procedieran a la ocupación de todos los edificios que las congregaciones religiosas estuvieran abandonos o, dedicados a la enseñanza, así como aquellos otros que existieran en su jurisdicción.
El día 27 de julio, la Junta de Administración de la Casa del Pueblo, dependiente del Comité Local de Hortaleza, siguiendo las instrucciones drel Ministerio de Instruccion publica, que estaba formada por Francisco Pascual Puñal, Fermín Molpeceres Barceló, Ramón del Campo Fernández y Valentín López «El Toledano», requisó todos los muebles y enseres del convento de la Sagrada Familia de Hortaleza.
QUEMA DE IMAGENES:
El 20 de julio de 1936, en los aledaños de la Iglesia de San Matías, se produjo la quema de imágenes, altares, ropa y armonium de la iglesia. También se quemaron todos los libros existentes en las dependencias parroquiales, incluidos los libros de bautismo.
REGISTROS DE DOMICILIOS PARTICULARES:
Según denuncia de Román Martinez a su domicilio acudieron dos individuos, vecinos de Hortaleza, Juan Aragoneses Barceló (a) «Caspilla» y Alfonso San José, con el propósito de detenerle y, según, manifestó el propio Román Martinez, con la intención de darle «el paseo». El asunto no pasó a mayores porque se produjo una aglomeración del vecindario del pueblo que lo evitó.
No obstante, Roman Martinez fue detenido y llevado al Ayuntamiento donde fue sometido a interrogatorio durante dos horas. El interés de los que practicaron el interrogatorio se centró en conocer su filiación política, así como el fichero de las derechas de Hortaleza. Finalizado el interrogatorio a Roman Martinez le dejaron en libertad.
Otro caso similar es el denunciado, el 30 de marzo de 1939, por Cesáreo Escobar Manzaneque, que vivía en el Cerro de los Perros, quien denunció que después de registrar su domicilio, por parte de Vitoriano Elipe, Jerónimo Aragoneses y Felix Alcalde, se llevaron un crucifijo y algunos documentos personales, posteriormente fue conducido en un coche hasta las proximidades de un barranco donde le hicieron bajar, a base de empujones con los fusiles, preguntándole cómo quería morir. Después del lamentable acontecimiento, siempre según el relato de Cesáreo Escobar, fue trasladado al Ayuntamiento donde continuaron con el interrogatorio. No satisfechos con lo actuado hasta ese momento, volvieron a subirle al coche del comité para conducirle hasta las tapias del cuartel de la C.N.T.
Parece ser que la intervención del chofer del Comité, Angel Perez, fue relevante para que le dejaran marchar a su domicilio, al argumentar que se trataba de un inocente.
DETENCIONES:
En Hortaleza habían sido abandonados los dos conventos de monjas, y el de frailes, pero se mantenían al frente de los mismos los responsables de las respectivas congregaciones. El Comité Local se hizo cargo, en calidad de detenidos, de los responsables que habían quedado custodiando los edificios, para ponerlos, a disposición del Comité Central del Frente Popular.
El 20 de noviembre de 1936 el Comité Local revolucionario de Hortaleza llevó a cabo diversas detenciones. Alguno de los detenidos fueron: Román Martínez, Narciso Pérez, Jesús Municio Pérez, Federico Nuñez Pérez, Celestino Abad, Mauricio Abad y Nemesio Santos.
Como en ocasiones anteriores en los domicilios se presentaron dos personas, que se hacían pasar por agentes rojos, armados con fusiles, y acompañados de varios entre los que se encontraban Jonás Aragoneses Molpeceres, Juan Aragoneses Barceló (a) «Caspilla» y Telesfóro Plaza, llevándose a los detenidos al Ayuntamiento donde prosiguieron los interrogatorios.
Posteriormente los detenidos fueron trasladados a Madrid, pasando por distintas checas hasta que fueron trasladados a la cárcel de San Antón, donde tuvieron diferentes suertes cada uno de ellos. En el caso de Nemesio Santos, se produjo su muerte y en el de Jesús Municio Pérez, su desaparición.
Con mayor detalle Federico Nuñez Pérez, hermano de Jesús Municio Pérez, presentó una denuncia ante la Guardia Civil, el día 30 de marzo de 1939, exponiendo lo ocurrido ese día del 20 de noviembre de 1936.

Federico Nuñez manifestó que se presentaron en Hortaleza unos individuos que se hacían titular como agentes, con la intención de realizar un registro de la casa de su hermano Jesus Municio. En esta ocasión fueron acompañados de Telesfóro Plaza, vecino del pueblo.
Finalizado el registro le indicaron a Jesus Municio que acudiera al Comité Local para ser interrogado. Ante las dudas que generaban este tipo de citaciones, Federico Nuñez decidió solicitar permiso para acompañar a su hermano. Una vez en el Comité los dos quedaron detenidos hasta su posteriormente traslado a la Dirección General de Seguridad, y de allí, a la cárcel de San Antón.
El 29 de noviembre de 1936, Federico Nuñez fue sacado en una expedición con otros presos hacia Alcalá de Henares. Según el propio Federico Nuñez manifestó conocer que a la madrugada siguiente también sacaron a su hermano Jesus Municio, sin que, hasta el momento de presentar la denuncia se supiera nada de su paradero.
ASESINATOS:
El 20 de diciembre de 1928 había tenido lugar en Hortaleza un acontecimiento luctuosos en el que murieron dos niños a consecuencia del hundimiento de una choza.
Este acontecimiento no tendría mayor trascendencia, que la lamentable y dolorosa perdida de los niños, si no fuera por el asesinato de los padres al comienzo de la Guerra Civil, por miembros del Comité Local de Hortaleza.
El matrimonio asesinado estaba formado por David Torcal de la Cruz, de cuarenta años, vecino de Hortaleza y su mujer, Micaela Mateos Cuevas, de treinta y seis, natural de Alcalá de Henares.
En el pueblo de Hortaleza el suceso de la m uerte de los niños causó honda conmoción y ni siquiera el paso de los años había calmado los ánimos de la población, que se aglomeró ante el Comité pidiendo que se hiciese justicia y por esa razón fueron detenidos. Encontrándose detenido el matrimonio en la en la checa de Hortaleza. El Presidente del Comité Local y el Secretario dieron la orden a Juan Aragoneses Barceló y a Francisco Pérez, para que, al día siguiente, les dieran el paseo. Asesinato que ocurrió en el Monte de la Moraleja.
MUERTE DE UN FRAILE
Angel Pérez, chofer del Comité, llegó al Comité Local de Hortaleza, diciendo que habÍa visto en la Prosperidad a un fraile que venía camino e Hortaleza. El Presidente del Comité, Victoriano Elipe, salió con el chofer en su busca al que, una vez localizado, lo llevaron detenido al Comité. Posteriormente el presidente del Comité dio la orden a Juan Aragoneses Barcelo, a Benito Rubio y al propio Angel Perez, de matarle, lo que llevaron a cabo en el camino de Vicalvaro, disparando los tres individuos citados sobre el cuerpo del fraile.
DESAPARICIÓN DE EUGENIO ALFARO «EL JIBAS»

El 31 de marzo de 1939 María Pérez Llera, esposa de Eugenio Alfaro denunció la desaparición de su esposo ante la Guardia Civil de Hortaleza, manifestando que el día 23 de septiembre de 1936 se presentaron en su domicilio Juan Aragoneses Barceló (a) Caspilla, Francisco Pérez López y Angel Pérez López, los dos últimos hermanos, con un auto en busca de su marido que se encontraba en ese momento en el sitio del Olivar en el termino de Barajas, al cuidado de las ovejas. Maria Pérez manifestó que, una vez se lo llevaron en el coche de su casa no volvió a saber nada de su marido, por lo que se presentó en el Comité con la intención de averiguar su paradero y le respondieron, al parecer con muy malas formas, que le habían llevado al Centro, sin aclarar si era a la Dirección General de Seguridad.
ASESINATO DE D. JULIAN DE SANTOS ALCALDE. SECRETARIO DEL AYUNTAMIENTO

Dª Victoria Garcia del Santo, esposa de D. Julian del Santo Alcalde, que fue Secretario del Ayuntamiento de Hortaleza, presentó denuncia ante la Guardia Civil de Fuencarral sobre la desaparición de su marido, manifestando que la noche del 5 al 6 de agosto de 1936 su marido salió de su casa a trabajar al Ayuntamiento, no volviendo a casa y sabiendo que había sido muerto por arma de fuego en el término de Canillas.
La denunciante indica en su denuncia que cree que el alguacil del Ayuntamiento Juan Aragoneses Barceló debe tener alguna noticia, ya que al preguntarle lo que había ocurrido aquella noche manifestó que solo sabia que cuando salió del Ayuntamiento había un coche en la carretera, negándose a dar mas datos.
A partir de estas denuncias se llevaron a cabo los interrogatorios de los denunciados que culminarían con la celebración del Juicio Sumarisimo.