Sin duda el más importante de todos los caminos existentes en Hortaleza era  el Camino de Madrid, no sólo porque fuera el más transitado por las gentes del pueblo en sus viajes a la Capital,  sino porque,  con el paso del tiempo, se convertiría en la carretera que uniría Hortaleza con la capital.

En Madrid partía desde la Puerta de Santa Bárbara, donde está situada la actual calle de Hortaleza.  Continuaba hasta el  Barrio de la Prosperidad  se atravesando el arroyo Abroñigal para llegar, subiendo la cuesta de la Gorda, hasta la  Ciudad Lineal.

Apenas quinientos metros, después de superada la Calle de Arturo Soria, el recorrido se bifurcaba en dos ramales,  uno que conducía a Canillas y el otro, a Hortaleza, justo en ese lugar se encontraba y, aún hoy se conservan los pinos que dan nombre al Pinar del Rey cerca del actual palacete donde tiene sus oficinas la Junta Municipal de Hortaleza.

Avanzando en dirección a Hortaleza, a mitad del recorrido, después de superar la cuesta, surgía otro camino por la derecha que también llegaba hasta el pueblo.  Se trataba del Camino Viejo de Madrid, o camino de la Herradura, que  desembocaba en el pueblo entrando por la calle de Madrid, actualmente la calle  Mar de Kara, dejando el Palacio de Buenavista a su izquierda..

Con el paso del tiempo lo que hoy es la calle Lopez de Hoyos se convertiría en la carretera principal de acceso al pueblo de Hortaleza. El primer proyecto se llevó a cabo siendo alcalde  José Morales Nieto, en el año 1867 y, en el plan, se  contemplaba también un ramal que partiera  hacia el vecino pueblo de Canillas.

En el proyecto tomaron parte El Estado, Hortaleza y Canillas. La mayor parte del presupuesto le correspondería al Estado con el 80 % del mismo, el 20 % restante debía aportarse entre Hortaleza y Canillas. La cuestión suscito varios enfrentamientos entre las corporaciones de Hortaleza y Canillas, puesto que no se ponían de acuerdo en el reparto del 20 % del proyecto que les correspondía a cada uno.

Con la intención de zanjar el asunto y ponerse de acuerdo en los aspectos básicos del proyecto, pero sobre todo para acordar el  reparto de los gastos. José Morales, alcalde de Hortaleza, convocó una sesión  para el día 17 de Febrero de 1867, a la que estaban convocados, además de todos los componentes del Ayuntamiento de Hortaleza, los mayores contribuyentes del pueblo  y una representación del Ayuntamiento de Canillas. Los representantes de Canillas no asistieron a la convocatoria, lo que no impidió que se tratara el tema previsto. Los representantes de los mayores contribuyentes de Hortaleza,  ante la importancia del proyecto y de la ausencia de los comisionados de Canillas, decidieron, por unanimidad, que ellos estaban dispuestos a cubrir la parte que faltara hasta el 20 % que debía aportar el municipio. Es más, su ofrecimiento no se limitó a la ayuda dineraria,  si no que ofrecieron aportar trabajo por las cantidades que faltaran, soportándolo cada uno de ellos en base a las contribuciones que se pagaban.   

A pesar  de las dificultades económicas y del poco interés mostrado por los vecinos de Canillas el Ayuntamiento de Hortaleza, convencido de lo necesario que resultaba la conclusión del proyecto no dudó en comprometerse a pagar la parte que le correspondía del proyecto.

Otra cuestión era la forma en cómo iba a hacer frente a los pagos que le correspondían. A través de los  presupuestos era imposible abordar la cantidad comprometida, por lo que debían buscarse otras alternativas para sufragar los gastos previstos. Una vez más se puso encima de la mesa emplear el dinero que estaba depositado en la Caja General de Depósitos con el que, también, se pensaba pagar el proyecto de la construcción de la Casa Consistorial, cuestión que llevaba pendiente desde hacía bastantes años.

En la Caja General de Depósitos existían 8.906,14 pesetas, que correspondían al importe del 3% del 80% de  los bienes propios  que  habían sido enajenados con motivo de las desamortizaciones llevadas a cabo de los bienes municipales. Para disponer de los mismos era necesario contar con la autorización del Ministerio de la Gobernación.

Se hizo la oportuna solicitud y quince años mas tarde seguían en el Ayuntamiento sin tener noticias de la dichosa autorización, por lo que a finales de 1881 insistieron ante el Gobernador Civil, para que recabara del Ministro de la Gobernación, la resolución de la autorización necesaria para disponer de los fondos debido a la urgencia y necesidad de abordar ambos proyectos. 

La petición del Ayuntamiento contenía su propósito de asignar 3.000  pesetas al pago de la cantidad que correspondía por las obras de la carretera de Madrid y las otras 5.906 pesetas restantes, se pensaban destinar a la adquisición de la Casa Consistorial.  

Por fin el día 13 de Enero  de 1884, el Gobernador Civil comunicó que el Ministro de la Gobernación había autorizado retirar de la Caja General de Depósitos la cantidad de 2.103,45 pesetas de los fondos mencionados, para el pago de las obras de reparación y acondicionamiento de la carretera que une con Madrid pero no se autorizó la parte del proyecto de la Casa Consistorial como se comentará con más detalle en el capítulo correspondiente.

Una vez finalizada la carretera, a finales de 1886, se llevó a cabo la revisión de los expedientes para concretar los importes correspondientes a Hortaleza y  a Canillas.

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