Antes de proceder con el amojonamiento y medición del término de Hortaleza, El Rey Felipe IV ordenó que se establecieran los límites con las jurisdicciones de Madrid y de Canillas.

Para ello, el día cinco de mayo de mil seiscientos veintisiete el Rey designó a D. Alonso de las Infantas, como medidor, para que se fijaran las distancias a respetar entre las mencionadas jurisdicciones.

La medición desde Madrid

Con anterioridad, El Rey había nombrado a D. Diego de Villabeta Castro y Ramirez, como Juez de Comisión para todo lo relacionado con la venta de Hortaleza. El cinco de mayo de mil seiscientos veintisiete, cumpliendo con la misión encomendada D. Diego de Villabeta comunicó a D. Alonso de las Infantas que la distancia que había de dejar de la Villa de Madrid, a la villa de Hortaleza, era de cinco cuartos de legua legal. Que midiera según y como se suelen medir semejantes términos, y para hacer la medida, lo hiciera según y como entendiese y su arte le dictare, y que al fin de los dichos cinco cuartos de legua, ponga una señal para que se pueda dar, y señalar, término a la dicha villa de Hortaleza.

A continuación D. Alonso de las Infantas, ante el señor juez, y prometió hacer la medida bien y fielmente, a lo que entendiese conforme a las Reglas de su arte, y con un cordel de cáñamo de veinte varas de largo, cada vara de tres tercias y utilizó un Astrolabio.

Comenzó a hacer la medida desde la esquina ultima de la capilla mayor de  la Iglesia de Santa Barbola ( hoy Santa Barbara) de la Villa de Madrid y midiendo con el dicho cordel por el camino Real que va desde la villa de Madrid a Hortaleza, haciendo sus posiciones en los ángulos que hacía el camino, llegó, con la medida, hasta una cruz de palo que está puesta en la encrucijada que hacen los caminos de Madrid a Hortaleza y de Fuencarral a Vallecas. Allí hizo una señal, y dijo que, conforme a su arte se cumplían en línea recta cinco cuartos de legua legal desde la villa de Madrid hasta el sitio de la cruz. Lo juró, y lo firmó, ante el escribano Gerónimo de Penagos.

Medición de la distancia con Canillas

El mismo dia, estando ya en la villa de Hortaleza el señor licenciado D. Diego de Villabeta, Juez por su Majestad, dijo a D. Alonso de las Infantas que, en cumplimiento y ejecución del contenido en su comisión se le manda divida el término, por medio, que hay entre esta villa y el Lugar de Canillas. En su cumplimiento, el dicho Alonso de las Infantas, hizo la medida con una cuerda de veinte varas, de a tres tercias cada una y en medio del camino que va de un lugar a otro puso una señal y dijo ser la mitad de la distancia que hay de un lugar al otro.

Fueron testigos, el contador Cristobal de la Hoz, Juan Franco, alguacil y Gaspar Aguado y Pedro García, vecino de Canillas y dió fé del acto el escribano Gerónimo de Penagos.

El 13 de abril de 1627 se había firmado la escritura de venta de Hortaleza a D. Francisco Dávila, Marqués de la Puebla. Uno de los trámites para darle la posesión era el de proceder a la medición del término, por una parte y a la averiguación del número de vecinos, por otra.

Unos días más tarde, concretamente el 22 de Abril, el Marqués de la Puebla, en cumplimiento de lo contenido acordado en la escritura , suplicó Al Rey que mandara despachar, por una parte, comisión para que se mida dicho lugar de Hortaleza y su término. Y por otra, se diera comisión para averiguar la vecindad del dicho lugar de Hortaleza.

El rey dirigiéndose a Martín de Zaldívar le hizo saber el acuerdo de venta de Hortaleza con el Marques de la Puebla y le nombró para que hiciera las medidas del término, como persona que «según he sido informado sois práctico e inteligente en el arte de medir«.

En la misma carta a Martín de Zaldívar, el Rey, continuó con sus instrucciones: » y luego que os sea entregada esta mi carta vais con vara alta de mi justicia al dicho lugar de Hortaleza y su término y tierras y a las demás partes que fuese necesario y habiendo primero citado, para la dicha medida, a la dicha villa de Madrid y al dicho Marques de la Puebla y a las demás personas a quien tocase y entregándoseos la escritura, ……. midáis el dicho lugar de Hortaleza y su término …. por la orden y forma que se suelen y deben medir semejantes términos por los mojones y limites declarados en la dicha posesión para que se sepa y averigüe la cantidad de termino que a razón de legua legal, medida por pies en cuadro, hay en dicho lugar y su termino, y declaraseis, conforme a vuestro arte, la medida para que según lo que de ella resulte se sepa y averigüe lo que ha de pagar el dicho señor Marques por la dicha Jurisdicción»

D. Diego de Villabeta Castro y Ramirez, que era el Juez de Comisión, citó el día 6 de mayo a las partes para proceder al amojonamiento de Hortaleza.

En el acto, además, estuvieron presentes Juan Rodríguez y Pedro López, vecinos de Hortaleza y Luis de Santacruz y Pedro Garcia,  alcaldes del lugar de Canillas. También fueron citados Gaspar Aguado, Domingo de San Pedro y Pablo Martínez, estos últimos vecinos de Madrid, y el alguacil de dicha comisión, que fue el alguacil de Hortaleza, Juan Franco. En representación del Marqués de la Puebla estuvo presente el contador, Cristóbal de Hoz.

La cita tuvo lugar en el término de la Cruz de Palo, lugar donde se cruzaban el camino que iba de la Villa de Hortaleza, a la Villa de Madrid, con el camino de Fuencarral a Vallecas.

Antes de comenzar, el Juez tomó juramento a todos los citados para que mostraran los limites de por dónde iba la diezmesia de Hortaleza y proceder al amojonamiento.

Comenzaron en la Cruz de Palo, en la linde de una propiedad de Manuel de Arellano, vecino de Madrid. En ese punto, el medidor Alonso de las Infantas, fijó la distancia de cinco cuartos de legua que había que dejar de distancia hasta Madrid.

Se hizo el primer mojón, en mitad del camino, con tierra y piedras,  dejando su mano izquierda hacía la villa de Hortaleza y por mano derecha con la villa de  Madrid.

Tanto en el primer mojón como en los sucesivos que se fueron poniendo, el señor Juez fue dando posesión, al contador,  Cristóbal de la Hoz,  en nombre del señor Marques de la Puebla.

A continuación, siguiendo la linde de la finca de Manuel de Arellano,  pegado al camino de Vallecas a Fuencarral,  se puso otro mojón de tierra y piedras que partía los términos de la Villa de Madrid y la Villa de Hortaleza. 

Desde allí, atravesando hasta llegar a una viña del mencionado Manuel de Arellano,  en el sitio que llaman El Quinto,  en la esquina de la viña, se hizo otro mojón de tierra y picotas que separaba el término entre Hortaleza y Madrid.

Luego se hizo otro mojón en la esquina del manzanal de Maria de Contreras, frutera de Madrid y heredad de don Fernando Vallejo.

Desde la esquina del manzanal se llegó al lindero de tierras de Doña Gerónima López de la Rea, vecina de Pamplona y de Cristóbal Rodríguez vecino de Hortaleza. Se hizo otro mojón en el lindero.

Otro mojón en la linde de la Guindalera de Francisco de Asenjo. La Guindalera quedó en término de la Villa de Madrid.

Y luego se llegó a la senda que va de Hortaleza al Quinto y en la linde de la Guindalera,  de Mateo Rodríguez, se hizo otro mojón.

Se continuó hasta la linde de las heredades de Matías Rodríguez y de Juana García, viuda de Andrés Sevillano y la viña de Cristóbal Rodríguez, y se puso otro mojón

Y luego se  hizo otro mojón en la linde de las tierras de Pedro del Aza y de Juana García y herederos de Alonso García, vecino de Hortaleza.

A continuación se llegó al camino que va de Canillas a Hortaleza. En ese lugar, Alonso de las Infantas, declaró ser la mitad de la distancia que hay desde Canillas a Hortaleza, se hizo otro mojón de tierra y picotas.

Y luego se hizo otro mojón en linde de tierras de Gaspar Aguado y de D. Fernando Ramirez. Desde ahí se llegó a la linde de la viña de Matías Martin, y al camino que va de Canillas a la dehesa de Valdecarros hasta llegar a un cerro que linda la heredad de don Luis Salmerón, donde se hizo otro mojón.

Y Luego en la mitad de la linde de una heredad de las monjas de Santa Clara, se puso otro mojón.

Atravesando por medio de la dicha heredad, se llegó al primer coto. Y mojón del Escudillo de la Dehesa de Valdecarros.  

Desde el primer coto de la Dehesa, siguiendo la linde de ella y quedando toda la Dehesa  de Valdecarros, en término de la villa de Madrid, hasta una tierra de Mateo Rodríguez de Alcántara, se hizo otro mojón.

Y luego se llegó al cerro que llaman de Cabeza Gorda y en linde con la heredad de Eugenio Garcia, vecino de Hortaleza, se hizo otro mojón.

Y luego se fue a otro cerro que llaman el Cotorro donde se hizo otro mojón.

Desde el cerro del Cotorro se llegó a los Pradillos de Valdefuentes y en la sendilla de Barajas a Valdebeba se hizo otro mojón.

Y luego desde dichos Pradillos de Valdefuentes se llegó  al Arroyo de Valdefuentes,  que linda con Urtamojones,  donde se hizo otro mojón, a orillas del arroyo.

Después se llegó al cerro de Valdehigueras, junto al camino que va de Hortaleza a Urtamojones,  donde se hizo otro mojón.

De ahí al cerro  de las Chorreras, en linde con la heredad de Pedro Frutos y Pedro López , vecinos de Hortaleza, se puso otro mojón. .

Y del dicho mojón se llegó al Cerro de la Callejuela, en la orilla de la derecha, camino de Valdebebas  se hizo otro mojón.

Y luego se llegó al cerro de la Rufela,  en la linde de la heredad de Pedro y Damian Rodriguez, se hizo otro mojón de tierra y piedras.

Y luego del dicho mojón se llegó a un cerro que es Tomillar donde se hizo otro mojón.

Continuando la dicha diezmesia, hasta llegar al Prado de la Loba, en linde de tierras de Salmerón, y de Pascual Rodríguez, se puso otro mojón.

Y del Prado de la Loba se llegó a la dehesa del Quijonal donde se puso otro mojón.

De la dehesa del Quijonal se llegó al Charco Pescador donde se hizo otro mojón.

Se llegó al sitio de los Prados, en linde de heredad de Pedro Asenjo y de la memoria que fundó Pedro Martínez,  en la Iglesia de dicha villa se hizo otro mojón.

Y Luego desde los Prados se fue al Cerro que llaman del Aguila donde se puso un mojón.

El señor Juez al tiempo de dar la posesión al contador Cristóbal de la Hoz, manifestando que: Todos los mojones se pusieron en conformidad de los dichos Juan Rodríguez y Pedro Lopez,  Blas Garcia y Gaspar Aguado bajo el Juramento que hicieron.

Finalmente el Juez dijo que, señalaba y señaló por término y jurisdicción, a la villa de Hortaleza, toda la tierra y término que queda dentro de los mojones, para que en ella pueda usar el señor Marqués de la Puebla todos y cualesquiera derechos que le pertenecen como a señor de la villa y su término.

El señor Juez ordenó que se hiciera un pregón avisando de que que ninguna persona sea osado a turbar,  mover o quitar alguno de los dichos mojones so pena de cincuenta mil maravedies para la Cámara de su Majestad y que serán castigados por todo rigor de derecho y así lo proveyó,  y mandó y firmó.

Confirmación de la medición

El día 12 de mayo, el medidor compareció ante el escribano D. Gerónimo de Penagos para informar de que había hecho la planta de la medida del término de la villa de Hortaleza por la mojonera y límites que hizo el licenciado Don Diego de Villabeta. Y, conforme y según su arte, ha hallado que el dicho término tiene nueve cuentos cuatrocientas ochenta y seis mil ochocientas sesenta y dos varas cuadradas superficiales, que son menos de media legua, tres cuentos trece mil ciento treinta y ocho varas, como resulta de la dicha planta que presenta firmada.

Los gastos de la medición según estaban establecidos en la escritura de venta deberían pagarse por mitad entre la Real Hacienda y el Marqués de la Puebla. El importe a cobrar por parte de Martín de Zaldivar era de seiscientos maravedíes, más los derechos arancelarios. La medición una vez firmada por parte de Martín de Zaldivar, también debía ser signada por Geronimo de Penagos como escribano de los reinos.

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