El final del reinado de los Austrias estuvo lleno de problemas económicos. El esplendor de siglos pasados se había esfumado en gastos para sostener las guerras en que se vio envuelto el decadente imperio. Las vicisitudes que acontecieron llevaron al reino a vender buena parte de la Hacienda Real.
La situación económica durante el reinado de Felipe III alcanzó visos de quiebra. En dos ocasiones tuvo que declarar la suspensión de pagos: una en el año 1607 y otra, poco antes de morir en el año 1621.
La llegada de Felipe IV al trono
Cuando murió Felipe III, el 31 de marzo de 1621, el Rey Felipe IV contaba con 16 años. La muerte del padre dejo al joven monarca una ardua tarea por delante. Si bien recibió un gran imperio también recibió un cúmulo de problemas principalmente económicos a causa de los frentes bélicos en los que se encontraba la nación.
Felipe IV, fisicamente, tenía un gran parecido a su padre. Sin embargo, en las tareas de gobierno mejoraría con creces las de su predecesor. Sus virtudes intelectuales y políticas, le permitieron concebir esperanzas de que superaría la inacción y corrupción que había caracterizado el reinado de su padre.
Su formación estuvo a cargo de Gaspar de Guzman, conocido como el Conde Duque de Olivares
Felipe IV, al llegar al trono se apoyo en el Conde Duque de Olivares para algunas tareas de gobierno, sin que llegara a ser una marioneta como lo fue su padre en manos del Duque de Lerma.
La concentración de poder en manos del Duque de Olivares se manifestaba en el control que había conseguido de los estamentos regios, muy especialmente de los secretarios reales. Olivares fue colocando en los lugares mas importantes del reino a sus familiares y protegidos.
En lo tocante a la economía el reinado de Felipe IV fue un reinado pleno de dificultades ocasionadas por las continuas guerras a que estuvo sometido el imperio que le obligaron a adoptar algunas decisiones en contra de lo establecido por sus antepasados, entre ellas la de vender ciudades, aldeas y lugares de realengo, como fue lo ocurrido con Hortaleza, comprada por D. Don Francisco Velázquez Dávila Guzman Messia.
Felipe IV había procurado evitar enajenaciones de ciudades y lugares en cumplimiento de leyes promulgadas por sus antecesores. Sin embargo, tuvo que enfrentarse a cuantas normativas impedían la enajenación de ciudades y lugares de realengo y derogar temporalmente su vigencia para intentar superar las dificultades económicas que padecía su reinado.