Con gran acierto, como era costumbre en nuestro amigo Juan Carlos Aragoneses, en uno de sus últimos trabajos encontraba una respuesta, a su duda, de quien había dado la orden de grabar la leyenda que aparecía, y aparece, en el dintel de la puerta que daba acceso a la Huerta de la Salud y cuando tuvo lugar.
Fruto de su incansable trabajo fue a documentarse en la tesis doctoral de María Ruiz Sánchez sobre la obra de Iriarte. Entre los muchos epigramas escritos por Iriarte que aparecen en la tesis doctoral figura uno con el texto que originalmente aparecía en el frontispicio de la mencionada puerta y que se data en 1744.
Probablemente fruto de la vocación por aclarar algún dato incorrecto, Juan Carlos elaboró una composición publicada, entre otros sitios, en el periódico Hortaleza Periódico Vecinal con el encabezamiento de “la respuesta estaba en la piedra” y que encabeza este comentario, modificando el dato de la fecha del año que figura en la misma 1749 y sustituyéndole por el de 1744. Seguramente entendiendo que el último sustituía al anterior, cuando en realidad lo que Juan Carlos había averiguado no era, ni mas ni menos, que un dato complementario al expresado en los diferentes textos.
Del hecho de que el texto haya sido elaborado en 1744, cuestión que no suscita ninguna duda, no se puede concluir que la edificación y la impresión en la piedra sea incorrecta y corresponda a 1749.
Simplemente se trata de dos fechas complementarias: Una cuando Iriarte escribió el epigrama en 1744, y otra, cuando ese epigrama fue trasladada a la piedra y se incluyó en el arco de entrada a la finca, en 1749.
Por tanto, no nos encontramos ante la conversión en erróneos de los textos publicados, como comenta algún bibliotecario poco riguroso, sino ante una aportación magnifica de Juan Carlos Aragoneses a la historia de su queridísima Hortaleza, aunque ello le defraude al bibliotecario imprudente.
Perdona, Aquiles, has interpretado mis palabras como has querido. Yo he sido desde el minuto un entusiasta defensor de este valiosísima aportación de Juan Carlos, una de más de las innumerables que tuvo. No me esperaba estas injustas y crueles palabras. Además, viví junto a él la investigación de este tema y compartí su entusiasmo, e incluso, te lo puedes creer o no, lo del año me di cuenta yo, lo de que en dibujos anteriores estaba 1744, pero no pasa nada, lo tengo que aclarar por el fango que has creado. Y enseguida él cayó en la cuenta en el ERROR que se produjo al reconstruir la puerta. Sólo hablé de este error, y no tuvo nada que ver con Juan Carlos. Firma: el bibliotecario poco riguroso. Y no vuelvo a mirar tu blog. Requetefirma: el bibliotecario decepcionado.
Buenos días Juan:
Te agradezco tu comentario en el que reconoces el error. Pero hubiera sido mucho más elegante y justo hacerlo con amabilidad y no tratando de convertir mi artículo en fango, cuando los barros, no los genera mi aclaración sino el desprecio que se pretende por tu parte al criticar el dato publicado por mi, que como tú reconoces, era correcto.
Un saludo y espero que reconsideres tu reacción de no leer m i blog. La vida sigue.