Don Agustín como todo Hortaleza le conocía se incorporó como médico titular de Hortaleza en 1920.

A lo largo de la historia de Hortaleza ha habido médicos que  han dedicado grandes épocas de su vida a  desarrollar su labor profesional con los vecinos del pueblo. Algunos han permanecido por periodos de tiempo, nada despreciables, como D. Manuel Luís Navarro que estuvo 20 años, o el Dr. Iborra que estuvo de Cirujano desde 1834 hasta 1868, si bien es cierto que no ejercicio como médico municipal mas que un pequeño periodo de tiempo.

Sin embargo, el caso más significativo es el de D. Agustín Calvo que estuvo en Hortaleza más de 37 años, a lo largo de los cuales atendió a la población de cualquier necesidad sanitaria que tuviera.

Su enorme vocación y capacidad profesional le permitían atender desde una intervención quirúrgica menor, a un parto o a un proceso infeccioso.

Como yo que nací en casa de mis abuelos maternos con el auxilio de D. Agustín, nacieron tantos y tantos en Hortaleza desde 1920 hasta 1960. 

Me parece que la mejor manera de reflejar su personalidad es reproducir un artículo, escrito por mi primo José María Obispo Martín, en el que reseña algunos datos importantes de la vida de D. Agustín.

Don Agustín Calvo Pérez, nace en Camarma de Esteruelas en 1894, estudió la carrera de medicina en la universidad de Madrid, licenciandose en el año 1919, pudo disfrutar, entre otros, de las enseñanzas de sus profesores los Drs. Achucarro, Simarro, Cortezo y Prieto. Compañeros de carrera destacan los Drs. Carlos Jiménez Díaz, Enríquez de Salamanca y Danvila.

Recién terminada la carrera (1919) ejerce por primera vez como médico en Segurilla, provincia de Toledo, donde desarrolla una gran labor ya que se desarrolló una gran epidemia en la que combatió incansablemente.

En septiembre de 1920 fue nombrado médico Titular del pueblo de Hortaleza (Madrid). La cobertura asistencial la tenía que desarrollar no solo a los vecinos de Hortaleza, sino que se le asignaron los habitantes del pueblo de Canillas y los de los barrios San Fernando, San Pascual y Pandeón, pertenecientes al distrito de Chamartín de la Rosa de Madrid.

La zona geográfica que correspondía a Don Agustín abarcaba una superficie de 4 Km. de radio. Los avisos a domicilio y los traslados de consultorio a consultorio los realizaba durante los años 1920 y parte de los treinta,  a caballo, y posteriormente en coche marca Ford, conocido por toda la zona como el “Forito de Don Agustín”,  durante mucho tiempo el único coche del entorno.

A parte de todos los vecinos anteriormente descritos, tenia responsabilidad sobre la salud de los seminaristas y padres paules, que vivían en el seminario de Nuestra Señora de la Asunción, y que llegaron a ser más de 600 personas. Igualmente, era el médico del colegio femenino Isabel Clara Eugenia de Auxilio Social donde residían de forma permanente más de 400 personas entre niñas, monjas y tutoras civiles.

Don Agustín estuvo trabajando y desarrollando su actividad asistencial hasta Octubre de 1959, es decir durante años. Han nacido con su ayuda y presencia más de 1.100 niños, ha realizado todas las campañas de vacunación que eran prescritas desde los organismos competentes, indicó muchos tratamientos farmacológicos, pero en su consulta realizaba todos los tratamientos que fueran necesarios desde la colocación de una escayola, sutura y curas de heridas, lavativas, extracción de muelas, reducción de hernias, etc..También actuaba de forense, realizando todas las autopsias que surgieron durante su época, destacando la necropsia realizada a una familia de 5 miembros que murieron en el año 1928 por intoxicación de setas.

Y por supuesto era el jefe y único responsable de la enfermería que se montaba durante los encierros y corridas de toros que se celebraban en Hortaleza durante las fiestas de la virgen de la Soledad.

Por todo lo realizado, los vecinos, un mes antes de su jubilación, crean una comisión para pedir a las autoridades competentes la medalla al merito civil, por todo la labor desarrollada por Don Agustín como médico.

El consejo de Ministros del 4 de Abril de 1960, le concede la Gran Cruz del Merito Civil de Sanidad, entregándose en la plaza que hoy lleva su nombre, el día 26 de Mayo de 1960. Está le fue impuesta en nombre del ministro del interior por el excelentísimo alcalde de Madrid, Conde de Mayalde, en presencia del Director General  de Sanidad Dr. Orcoyen, señor rector del seminario de Madrid don Francisco Navarrete, el presidente del colegio de médicos de Madrid Dr. Garrido Lestache. Al acto asistió numerosísimo público que puso de manifiesto todo el afecto y cariño hacia la persona de Don Agustín.

Quiero destacar de aquel acto el discurso de Don Agustín, que fue leído por su hijo el Dr. Agustín Calvo Grediaga:

         “Queridos amigos: Muchas gracias a todos los que de una u otra forma habéis contribuido a rendirme este inmerecido homenaje que de haberlo sabido antes me hubiese opuesto por creer que en mi vida profesional no hay meritos suficientes para que hayáis pedido y obtenido el tan valioso galardón que me ofrecéis en este acto que tanto os enaltece y honra a vosotros en ofrecerlo como a mí en recibirlo.

            Lo frecuente, es que el médico haga entrega total de su vida y se consagre a cuidado de la salud de un pueblo, lo que no lo es, es que ese pueblo sepa apreciar y valorar, lo que significa como los estáis haciendo vosotros. Yo felicito por ello al pueblo de Hortaleza, Canillas así como a todos los barrios en que se desarrollaron mis actividades profesionales.

            Prematuramente, mi salud me obligo a dejaros cinco antes de la edad reglamentaria. 40 años  he vivido en Hortaleza en vuestra compañía, sabéis, que he compartido en ese tiempo vuestros días de alegría y los de dolor y tanto o más que con vosotros  con vuestros padres que en su mayoría, ya rindieron el último tributo en este mundo, a quienes dedico es estos momentos un cariñoso recuerdo.

                        “QUE BUENOS AMIGOS FUERON”

            En ese tiempo he recibido muchísimas atenciones vuestras y si hubo alguna vez cosa desagradable está olvidada y perdonada, yo también os lo pido si involuntariamente cometí alguna falta profesional o de buena vecindad.

            Permitidme, que ofrezca este acto a la memoria de mis padres y esposa que durante 32 años me ayudo y compartió todas las alegrías y pesares de mi vida, tanto profesional como privada.

            Por último doy las gracias al Exmo. Sr. Alcalde de Madrid, que nos ha honrado presidiendo este acto así como al Exmo. Sr. Director General de Sanidad, al Sr. Teniente de Alcalde del Distrito de Chamartín, al Sr. Alcalde de mi pueblo natal, a compañeros amigos y familiares.

            Junto a este merecidísimo homenaje se produjo el de las madres del pueblo de Hortaleza reflejado en una poesía escrita por  Maria Aragonés:

                                    EN NOMBRE DEL PUEBLO DE HORTALEZA

Don Agustín Calvo Pérez

                                            Excelentísimo Doctor

                                            Este pueblo de Hortaleza

                                            Le ofrece este galardón

                                            Y le da las gracias mil veces

                                            Porque todo esto es poco

                                            Para lo que Vd. se merece

                                            Vd. se merece una estatua

                                            De oro, bondad y nobleza

                                            Que la tiene Vd. muy alta

                                            En el barrio de Hortaleza

                                            Se la tenemos que hacer

                                            Entre él mas alto y más bajo

                                            Para darle a Vd. las gracias

                                            De su asistencia al trabajo

                                            Pues Vd. trabajaba solo

                                            Sin practicante ni enfermera

                                            Y visitaba a los enfermos

                                            A cualquier hora que fuera.

                                             Pues sí Vd. Don Agustín

                                            Veía grave a un paciente

                                            En visitar noche y día

                                            No tenía inconveniente

                                            Gracias pues Don Agustín

                                            Ilustrísimo Doctor

                                            Pues el barrio de Hortaleza

                                            Lleva a Vd. En el corazón.

         Para terminar, Don Agustín, como le conocíamos en el pueblo, vivió y murió en el siglo XX, siglo caracterizado por el desarrollo científico y técnico de la medicina. Por eso, era un buen médico que conocía los avances de la ciencia y ejercía procedimientos técnicos con destreza y seguridad. Pero además, mantuvo un espíritu humanista de la tradición médica desde la época hipocrática, supo poner sus conocimientos al servicio de las personas del pueblo a las que atendía con dedicación y entrega. Supo encontrar en el quehacer diario una forma de vida constructiva y ejemplar a la comunidad donde trabajaba. Fue referente para muchos, entre ellos sus hijos Agustín y Enrique y para mí mismo. El camino emprendido por Don Agustín es un bello camino, por el que es un orgullo transitar y cuyo fin se intuye feliz.”

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